Robert J. Hanlon es un tío del que no se absolutamente nada mas que una frase que dicen que dijo: “Nunca atribuyas a la maldad lo que se explica adecuadamente por la estupidez”. Desde hace tiempo, cuando alguien hace o dice algo que pueda parecer ofensivo, pienso en Hanlon y recuerdo que es probable que no haya pensado lo que ha dicho o sencillamente sea gilipollas.
Cuando estás cara al público es importante tener presente ésta “navaja de Hanlon”, que así se llama. Es un modelo mental que como otros muchos, el de Ockham, mas famoso, ayuda a explicar de manera sencilla muchas cosas.
Hace unos meses, vino a verme una persona. Quería lentillas de colores sin graduación para una fiesta temática que iban a hacer. Yo no tengo de eso, debería venderse en una tienda de disfraces pero bueno, consulté con uno de mis proveedores y la di precio. “uy, en internet valen la mitad”, pudiendo haber dicho: “vale, gracias, me lo pienso” y comprarlas en internet.
El caso es que a los días, volvió y me contó que se había comprado las lentillas por internet y la habían llegado bien y esas cosas pero claro, que es que ahora no sabía ponérselas ni quitárselas y que a lo mejor yo podía. Aunque mi mujer me dijera: “seguro que se las pusiste y no la cobraste” no fue así. No estaba dispuesto a asumir el riesgo de meter en el ojo de alguien un producto que no tengo la menor idea que es.
En internet se pueden encontrar cosas mucho mas baratas que en las tiendas a pie de calle. Es más, yo mismo puedo encontrar cosas que vendo mas baratas en internet que si las compro directamente a mi proveedor. Por eso ya no vendo Ray-Ban. Con las lentillas pasa algo parecido.
Si quieres unas Ray-Ban Wayfarer, yo solo las pido y te las vendo quedándome con una parte en la intermediación, el valor que aporto a la cadena es mas bien poco. Pero con las lentillas no pasa igual. Para poder venderlas he tenido que estudiar 4 años un grado, comprar equipos de óptica por unos cuantos miles de euros, tirarme de los pelos con la burocracia sanitaria autonómica, y luego graduarte, pedir lentillas de prueba (que a mi me cuestan dinero), enseñar a ponerlas y quitarlas y finalmente, después de varios días de prueba, pedirte las que mejor se adaptan a tu ojo. Creo que aquí si se añade valor a la cadena de suministro.
Cuando alguien no lo valora y me lo dice, pienso en Robert J. Hanlon.
También puedes montar una web, domiciliarla en Chipre donde pagas el 5% de impuestos y 0% en España y vender lentillas a todo el mundo, ahí no te van a poner problemas.
Como no seré yo el que acabe con las tiendas online, creo, estoy haciendo la mejor tienda online de gafas deportivas graduadas de toda la Tierra de Campos (dato no contrastado). Gafas para subir al teso, ir a pescar, jugar al padel o dar un paseo con la bici.